Si alguna vez has querido entender cómo funciona la inversión en acciones, pero te has sentido perdido con tantos términos raros, este artículo es para ti. Aquí encontrarás explicaciones claras, con ejemplos sencillos y sin tecnicismos vacíos. Te explico paso a paso los conceptos básicos más importantes para que empieces a comprender el mundo de las acciones, las empresas y la bolsa sin necesidad de tener formación previa en economía.

Tabla de contenidos
Fundamentos para entender las acciones y el mercado
Antes de adentrarte en decisiones de inversión, es esencial comprender qué es una acción, cómo se agrupan las empresas y qué factores influyen en su comportamiento en la bolsa. En este bloque explicamos cómo se clasifican las acciones, qué sectores existen, cómo varían según el ciclo económico y cómo se mide su precio en el mercado.
Sectores en las acciones
Los sectores de las acciones son grupos de empresas que se dedican a actividades parecidas o que pertenecen a un mismo tipo de negocio. Sirven para clasificar las acciones en categorías, y así entender mejor de qué tipo de empresa se trata y cómo puede comportarse según la economía.
Cada acción pertenece a un sector según la actividad principal de la empresa. Esto ayuda a los inversores a diversificar (es decir, repartir su dinero en distintos tipos de empresas para no poner todos los huevos en la misma cesta) y a analizar qué sectores pueden ir mejor o peor en cada momento económico.
Aquí tienes los sectores más conocidos, explicados de forma sencilla:
- Salud (o sanitario): Empresas que fabrican medicamentos, hospitales privados, laboratorios, aseguradoras médicas. Por ejemplo: Pfizer o Johnson & Johnson.
- Tecnología: Empresas que hacen ordenadores, móviles, software, internet, redes. Ejemplo: Apple, Microsoft o Google.
- Consumo básico: Empresas que venden productos que la gente compra siempre, como comida, bebida, productos de limpieza o higiene. Por ejemplo: Nestlé o Procter & Gamble.
- Consumo discrecional: Empresas que venden cosas que la gente compra si tiene dinero, como coches, ropa de marca, vacaciones o muebles. Por ejemplo: Nike o BMW.
- Energía: Empresas de petróleo, gas o energías renovables (solar, eólica). Por ejemplo: Repsol o Chevron.
- Finanzas: Bancos, aseguradoras, fondos de inversión. Por ejemplo: Santander o JPMorgan.
- Industria: Empresas que fabrican maquinaria, aviones, equipos de transporte, materiales pesados. Por ejemplo: Siemens o Boeing.
- Materiales básicos: Empresas que trabajan con materias primas como el acero, el papel, el cemento, productos químicos. Por ejemplo: ArcelorMittal.
- Inmobiliario (real estate): Empresas que compran, venden o alquilan inmuebles, oficinas, centros comerciales, viviendas. Por ejemplo: Merlin Properties.
- Telecomunicaciones: Compañías que ofrecen servicios de teléfono, internet, televisión. Por ejemplo: Telefónica o Vodafone.
- Servicios públicos (utilities): Empresas que proporcionan electricidad, agua o gas. Son muy estables, como Endesa o Iberdrola.
Cada sector se comporta de forma distinta según la economía. Por ejemplo, en una crisis, el sector salud o el de consumo básico suelen resistir mejor. En cambio, si la economía mejora, sectores como el tecnológico o el de consumo discrecional pueden subir más.
REIT
Un REIT (se pronuncia «rit») es un tipo especial de empresa que invierte en inmuebles (como oficinas, centros comerciales, hospitales, viviendas, hoteles, etc.) y gana dinero alquilándolos o vendiéndolos. La palabra viene del inglés: Real Estate Investment Trust, que significa algo así como “fondo de inversión inmobiliaria cotizado”.
La gran diferencia entre un REIT y una empresa inmobiliaria normal es que el REIT está obligado a repartir casi todo lo que gana (normalmente al menos el 90 % de sus beneficios) en forma de dividendos. Por eso, muchos inversores los consideran una forma atractiva de obtener ingresos pasivos.
Los REIT cotizan en bolsa, así que puedes comprar una acción de un REIT igual que la de cualquier otra empresa. Esto te permite invertir en el mercado inmobiliario sin necesidad de comprar una vivienda tú mismo ni encargarte del alquiler ni de los problemas de mantenimiento.
Ejemplo:
Imagina que compras acciones de un REIT que tiene una red de hospitales alquilados. Este REIT gana dinero con esos alquileres y, cada tres meses, reparte parte de esos beneficios entre sus accionistas. Tú, como propietario de esas acciones, recibirías dividendos simplemente por tenerlas, como si fueras dueño de un trocito de esos inmuebles.
Los REIT suelen ser populares entre personas que buscan rentas periódicas, como jubilados o inversores conservadores. También permiten diversificar, ya que no dependen de sectores como la tecnología o la industria, sino del mercado inmobiliario.
Utilities
Las utilities son empresas que se dedican a ofrecer servicios básicos que todo el mundo necesita para vivir, como la electricidad, el gas, el agua o el saneamiento. Se les llama así por el término inglés «utility«, que significa «servicio público» o «utilidad básica».
Estas empresas suelen ser muy estables, porque ofrecen cosas que la gente y las empresas usan todos los días, pase lo que pase con la economía. Por eso, se consideran una inversión segura o defensiva, ya que incluso en tiempos de crisis siguen generando ingresos constantes, aunque no crezcan muy rápido.
Ejemplos de utilities son compañías que suministran luz a hogares y empresas, que gestionan el agua potable o que se encargan de redes de gas natural. Algunas de estas empresas también operan en energías renovables (como parques eólicos o plantas solares).
Ejemplo:
Imagina que compras acciones de una empresa eléctrica que da servicio a millones de personas. Aunque haya una crisis económica y muchas empresas sufran, la mayoría de la gente seguirá pagando su factura de la luz, así que esa empresa seguirá teniendo ingresos estables. Por eso, sus acciones probablemente no caigan tanto como las de otros sectores más sensibles, como la moda o los viajes.
Muchos inversores incluyen acciones de utilities en su cartera para equilibrar el riesgo, y muchas de estas empresas pagan dividendos regularmente, lo que las hace atractivas para quienes buscan ingresos constantes.
Valores defensivos
Los valores defensivos son acciones de empresas que suelen mantenerse estables y resistir bien en momentos difíciles, como durante una crisis económica o cuando la bolsa está bajando. Son empresas que venden productos o servicios que la gente sigue necesitando aunque la situación económica vaya mal.
Esto incluye cosas básicas como alimentos, medicinas, electricidad, agua, gas o productos de higiene. Las empresas que se dedican a estas actividades se consideran “defensivas” porque, aunque la gente reduzca otros gastos, siguen comprando lo necesario para vivir. Por eso, sus ingresos no bajan tanto en épocas malas, y sus acciones suelen ser menos volátiles (es decir, no suben ni bajan de precio bruscamente).
Por ejemplo, una empresa que fabrica medicamentos o que suministra electricidad a los hogares suele considerarse un valor defensivo, porque tanto en buenos como en malos tiempos, la gente necesita medicinas y luz en sus casas.
Imagina que hay una crisis y muchas personas dejan de comprar ropa de marca o de viajar, así que las acciones de esas empresas bajan mucho. Pero la mayoría seguirá comprando comida, productos de limpieza o pagando su factura de electricidad. Las empresas que ofrecen esos productos básicos sufren menos en el mercado, y por eso sus acciones se consideran más seguras o «defensivas».
Valores Cíclicos
Los valores cíclicos son acciones de empresas que suben o bajan de valor dependiendo del momento económico. Es decir, cuando la economía va bien, estas empresas suelen ganar más dinero y sus acciones suben. Pero cuando la economía va mal o hay una crisis, sus beneficios bajan y sus acciones también caen.
Esto ocurre porque los productos o servicios que venden no son esenciales o pueden posponerse. La gente los compra más cuando tiene trabajo, confianza y dinero disponible, pero deja de hacerlo si la situación se complica.
Algunos ejemplos de valores cíclicos son empresas del sector del automóvil, aerolíneas, hoteles, tiendas de ropa, tecnología o construcción. Por ejemplo, si la economía mejora, muchas personas pueden decidir cambiar de coche, hacer reformas en casa o irse de vacaciones, y esas empresas venden más. Pero si llega una crisis y las familias tienen que ahorrar, esos gastos se recortan, y las empresas cíclicas ganan menos.
Imagina que tienes acciones de una cadena de hoteles. Si la economía va bien y la gente viaja más, tus acciones probablemente subirán porque la empresa gana más. Pero si llega una crisis económica y la gente deja de viajar, las reservas bajarán y la empresa ganará menos, así que el valor de tus acciones también bajará.
Por eso se dice que los valores cíclicos siguen el ciclo económico: suben en tiempos buenos y bajan en tiempos malos. Son más arriesgados que los valores defensivos, pero también pueden dar más ganancias si se invierte en el momento adecuado.
Precio de cotización de una acción
El precio de cotización de una acción es el precio al que se está comprando o vendiendo esa acción en la bolsa en un momento determinado. Es decir, es el valor que los compradores están dispuestos a pagar y que los vendedores están dispuestos a aceptar en ese instante.
Este precio no lo pone la empresa, sino que cambia constantemente según lo que la gente está haciendo en el mercado: si mucha gente quiere comprar una acción, su precio suele subir; si mucha gente quiere venderla, su precio suele bajar. Es como una subasta continua entre miles de personas e inversores.
Por ejemplo, si entras a mirar cuánto vale una acción de una empresa conocida y ves que cotiza a 25 euros, eso significa que ese es el último precio al que alguien la compró o vendió en la bolsa. Si un minuto después sube a 25,10 €, es porque alguien ha pagado ese nuevo precio por ella.
Este precio se ve afectado por muchas cosas: las noticias sobre la empresa, los resultados que publica, la situación económica, los cambios en el sector, y hasta lo que esperan los inversores que pase en el futuro.
Indicadores clave para analizar empresas
No basta con saber en qué sector está una empresa; también hay que mirar cómo le va. En este bloque encontrarás medidas que te ayudan a saber si una empresa está bien gestionada, si genera beneficios y cómo se compara con otras. Aquí aprenderás a interpretar ratios, beneficios y cifras que muestran la salud financiera de un negocio.
Split de acciones
Un split de acciones, también llamado desdoblamiento de acciones, es una operación que hace una empresa para dividir sus acciones en más partes, sin que cambie el valor total que tiene cada inversor. Para entenderlo mejor: una acción es una parte de propiedad de una empresa. Si tienes acciones, eres dueño de una parte (aunque sea muy pequeña) de esa empresa.
Cuando una empresa hace un split, por ejemplo, decide que cada acción antigua se convertirá en dos o más acciones nuevas. Esto significa que el número total de acciones aumenta, pero el precio de cada una baja proporcionalmente. Es decir, tu inversión no crece ni se reduce; solo cambia la cantidad de acciones que tienes y su valor por separado.
Por ejemplo, si tú tienes 1 acción que vale 100 euros y la empresa hace un split 2 por 1 (eso significa que por cada acción antigua te dan 2 nuevas), ahora tendrás 2 acciones, pero cada una valdrá 50 euros. Tu inversión sigue siendo de 100 euros, pero ahora tienes más acciones a un precio más bajo.
Esto se hace muchas veces para que las acciones sean más baratas y más personas puedan comprarlas. También puede dar una imagen positiva de que la empresa está creciendo y generando interés entre los inversores.
PER
El PER es una de las formas más comunes de saber si una acción está cara o barata en comparación con los beneficios que genera la empresa. Su nombre completo es Price to Earnings Ratio, que en español significa relación entre el precio de la acción y los beneficios.
Este indicador compara el precio que pagas por una acción con el beneficio que obtiene la empresa por cada acción. Se calcula con una fórmula muy sencilla:
PER = Precio de la acción ÷ Beneficio por acción (BPA o EPS en inglés)
Veámoslo paso a paso.
Primero, el precio de la acción es cuánto cuesta comprar una sola acción en el mercado en este momento (como vimos antes, ese precio cambia constantemente).
Luego, el beneficio por acción es cuánto gana la empresa (su beneficio total del año) dividido entre todas las acciones que tiene. Así se sabe cuánta ganancia le corresponde a cada acción.
Por ejemplo, si una acción cuesta 20 euros y el beneficio por acción es 2 euros, el PER sería:
PER = 20 ÷ 2 = 10
Esto quiere decir que estás pagando 10 euros por cada euro que gana esa acción. Cuanto más alto sea el PER, más estás pagando por los beneficios actuales de esa empresa.
Entonces, ¿qué significa un PER alto o bajo?
- Un PER alto (por ejemplo, 25 o 30) puede indicar que los inversores esperan que la empresa crezca mucho en el futuro, o que la acción está cara en relación a sus beneficios actuales.
- Un PER bajo (por ejemplo, 8 o 10) puede significar que la acción está barata o que la empresa está pasando por un mal momento y genera pocos beneficios.
No hay un número «bueno» o «malo» por sí solo. El PER se suele comparar con el de otras empresas del mismo sector para ver si una acción está más cara o más barata que sus competidoras.
Por ejemplo, si todas las empresas de comida tienen un PER de 15 y una de ellas tiene un PER de 10, puede que esté barata… o puede que el mercado piense que va a ganar menos en el futuro.
Beneficio por acción (BPA, EPS)
El beneficio por acción, también llamado BPA o EPS (por sus siglas en inglés: Earnings Per Share), es una forma de saber cuánto dinero gana una empresa por cada acción que tiene.
Es decir, no se trata del beneficio total de toda la empresa, sino de cuánto le corresponde a cada acción de ese beneficio. Esto ayuda a los inversores a comparar empresas de diferentes tamaños, porque no importa si una empresa gana millones o miles, lo importante es saber cuánto le toca a cada accionista por cada acción que tiene.
La fórmula es:
Beneficio por acción (BPA) = Beneficio total de la empresa ÷ Número de acciones en circulación
Veámoslo con un ejemplo muy sencillo:
Imagina que una empresa gana 1 millón de euros en un año y tiene 500.000 acciones en circulación (es decir, acciones que están repartidas entre los inversores).
Entonces:
BPA = 1.000.000 € ÷ 500.000 = 2 € por acción
Esto quiere decir que cada acción ha generado 2 euros de beneficio ese año.
Este dato se usa para calcular otros indicadores, como el PER que vimos antes. Cuanto mayor sea el beneficio por acción, mejor (en principio), porque significa que la empresa está ganando más dinero por cada trocito que tiene el inversor.
También puede usarse para comparar varias empresas del mismo sector, o para ver si una empresa va mejorando sus resultados con el tiempo, año tras año.
EBITDA
El EBITDA es una medida que se usa mucho para saber cuánto dinero gana una empresa con su actividad principal, sin tener en cuenta ni los intereses que paga por deudas, ni los impuestos, ni el desgaste de sus activos (como maquinaria o edificios). Su nombre viene del inglés:
Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization, que significa:
Beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones.
Vamos a desglosar estos conceptos para que se entienda bien:
- Intereses: es el dinero que la empresa paga por los préstamos que tiene. El EBITDA no los cuenta porque quiere analizar el negocio sin tener en cuenta si la empresa está muy endeudada o no.
- Impuestos: es el dinero que paga al Estado. Se excluye del EBITDA porque depende del país y de leyes fiscales que pueden cambiar.
- Depreciación: es la pérdida de valor que sufren con el tiempo cosas como máquinas, ordenadores, vehículos, etc. Por ejemplo, una máquina vale menos cada año que pasa. Esta pérdida se registra como un gasto contable, aunque no es dinero que salga de la empresa.
- Amortización: parecido a la depreciación, pero aplicado a activos intangibles, como una patente o el coste de un software. También es un gasto contable, no un pago real.
Entonces, el EBITDA intenta mostrar el beneficio “puro” de la actividad del negocio, sin elementos contables o financieros que puedan “disfrazar” los resultados.
Ejemplo:
Imagina que una empresa tiene:
- Ingresos: 500.000 €
- Gastos operativos (sueldos, materiales, alquiler…): 300.000 €
- Intereses de préstamos: 20.000 €
- Impuestos: 30.000 €
- Depreciaciones y amortizaciones: 10.000 €
Entonces:
- Beneficio neto final (lo que queda al final del todo) = 140.000 €
- EBITDA = 500.000 – 300.000 = 200.000 €
Porque solo se tienen en cuenta los ingresos y los gastos operativos, sin restar ni intereses, ni impuestos, ni depreciaciones ni amortizaciones.
El EBITDA es útil porque permite comparar empresas de diferentes países o sectores, o ver cómo va mejorando una empresa con el tiempo, centrándose solo en su capacidad real para generar dinero con su actividad principal.
Rentabilidad Económica
La rentabilidad económica es un indicador que sirve para saber cuánto beneficio obtiene una empresa en relación con todo lo que tiene invertido en su actividad, es decir, cómo de bien aprovecha sus recursos para generar ganancias.
En términos sencillos, muestra si la empresa está sacando buen provecho de todo su dinero y bienes (sus activos), como máquinas, locales, ordenadores, inventario, etc. Es como preguntarse: “¿Por cada euro que tiene invertido la empresa, cuánto gana con él?”.
La fórmula es:
Rentabilidad económica = Beneficio antes de intereses e impuestos ÷ Activo total
Vamos a explicar los términos técnicos:
- Beneficio antes de intereses e impuestos (también conocido como BAII o EBIT en inglés) es el beneficio que genera la empresa solo con su actividad principal, sin contar lo que paga por deudas (intereses) ni los impuestos. Es una forma de ver cómo funciona la empresa sin tener en cuenta su forma de financiación ni el sistema fiscal.
- Activo total es todo lo que la empresa tiene, ya sea en forma de dinero, maquinaria, edificios, existencias (productos que tiene en almacén para vender), cuentas por cobrar, etc. Es el conjunto de recursos con los que cuenta para operar.
Ejemplo práctico:
Imagina que una empresa tiene un beneficio antes de intereses e impuestos de 50.000 €, y que su activo total es de 500.000 €. Entonces:
Rentabilidad económica = 50.000 ÷ 500.000 = 0,10 o 10 %
Esto quiere decir que, por cada euro que la empresa tiene invertido en su actividad, gana 10 céntimos. Cuanto mayor sea este porcentaje, mejor está usando sus recursos.
Este indicador es muy útil para comparar empresas, porque permite saber cuál de ellas está gestionando mejor lo que tiene, sin importar si se financia con dinero propio o con préstamos.
Flujo de Caja
El flujo de caja, también llamado cash flow, es el dinero real que entra y sale de una empresa en un periodo de tiempo (normalmente al mes, al trimestre o al año). A diferencia del beneficio contable, el flujo de caja mide solo el movimiento de dinero efectivo, es decir, el dinero que la empresa realmente cobra o paga.
Se usa para saber si la empresa tiene liquidez, es decir, si dispone de dinero suficiente para pagar sus gastos, deudas, sueldos, impuestos, compras de materiales, etc. Aunque una empresa tenga beneficios en sus cuentas, puede tener problemas si no tiene efectivo en caja o en el banco. Por eso, el flujo de caja es uno de los indicadores más importantes en finanzas.
Podemos distinguir tres tipos de flujo de caja según de dónde venga el dinero:
- Flujo de caja operativo: es el dinero que entra y sale por la actividad principal del negocio (ventas, cobros a clientes, pagos a proveedores, sueldos…).
- Flujo de caja de inversión: es el dinero que se usa para comprar o vender cosas importantes para la empresa, como maquinaria, edificios, vehículos o inversiones financieras.
- Flujo de caja de financiación: es el dinero que entra o sale relacionado con préstamos, pagos de deudas, emisión de acciones o reparto de dividendos.
Ejemplo didáctico:
Imagina que una tienda de electrodomésticos vende lavadoras y secadoras.
- En un mes cobra 10.000 € de sus clientes (entrada de dinero).
- Paga 4.000 € a sus proveedores, 1.500 € en sueldos, y 500 € en alquiler (salidas de dinero).
- Además, compra una nueva furgoneta por 3.000 € (inversión), y devuelve 2.000 € de un préstamo (financiación).
Entonces:
- Flujo de caja operativo = 10.000 – (4.000 + 1.500 + 500) = 4.000 €
- Flujo de caja de inversión = –3.000 €
- Flujo de caja de financiación = –2.000 €
- Flujo de caja total = 4.000 – 3.000 – 2.000 = –1.000 €
Aunque la tienda ha vendido mucho, el flujo total es negativo, porque ha hecho una inversión y ha devuelto parte de una deuda. Si este flujo de caja negativo se repite muchos meses seguidos, podría tener problemas para pagar.
Por eso, el flujo de caja sirve para ver si la empresa puede mantenerse en marcha en el día a día, más allá de si tiene beneficios en sus cuentas.
Working Capital (Fondo de maniobra)
El Working Capital, también llamado fondo de maniobra en español, es la diferencia entre lo que una empresa tiene disponible a corto plazo y lo que debe pagar también a corto plazo. Sirve para saber si la empresa puede hacer frente a sus pagos del día a día con tranquilidad.
La fórmula es sencilla:
Working Capital = Activo corriente – Pasivo corriente
- Activo corriente: es el dinero que la empresa tiene o espera recibir pronto, como caja, bancos, clientes que deben pagar, productos en almacén…
- Pasivo corriente: son las deudas que la empresa debe pagar pronto, como facturas a proveedores, préstamos a corto plazo, impuestos…
Si el resultado es positivo, significa que la empresa tiene margen de maniobra: puede pagar lo que debe sin problemas.
Si el resultado es negativo, es una señal de alerta: puede tener dificultades para pagar sus deudas a corto plazo, aunque sea rentable.
📌 Ejemplo práctico:
La empresa ServiHogar, S.L. tiene los siguientes datos:
– Activo corriente: 150.000 €
(incluye caja, bancos, productos en almacén y lo que le deben los clientes)
– Pasivo corriente: 90.000 €
(incluye proveedores, salarios pendientes, impuestos y un préstamo a corto plazo)
Working Capital = 150.000 – 90.000 = 60.000 €
Esto significa que ServiHogar tiene 60.000 € de sobra para cubrir sus obligaciones inmediatas. Es una empresa con buena salud financiera a corto plazo.
Tener un buen Working Capital no significa que una empresa sea perfecta, pero sí que tiene flexibilidad para operar y adaptarse. Por eso es uno de los indicadores más revisados por analistas, bancos y proveedores antes de prestar dinero o firmar contratos.
Acciones en circulación
Las acciones en circulación son todas las acciones de una empresa que están repartidas entre los inversores y que se pueden comprar y vender en el mercado. Son las acciones que realmente están “vivas” en manos del público, como pequeños inversores, fondos de inversión, bancos, e incluso empleados de la propia empresa.
No todas las acciones que emite una empresa cuentan como «en circulación». Por ejemplo, si la empresa guarda algunas acciones para sí misma (por ejemplo, en su propia caja o como parte de una estrategia), esas no se consideran en circulación.
Imagina que una empresa ha emitido 1.000.000 de acciones en total. De esas, 100.000 están guardadas por la propia empresa y no están a la venta. Entonces, las acciones en circulación serían 900.000.
Estas acciones son muy importantes porque:
- Se usan para calcular el beneficio por acción (BPA). Como vimos antes, se divide el beneficio total entre el número de acciones en circulación.
- Determinan el poder de voto de los accionistas: cada acción da derecho a un voto en las decisiones importantes de la empresa.
- Afectan a indicadores como el valor en bolsa de la empresa, también llamado capitalización bursátil (que se calcula multiplicando el precio de una acción por el número de acciones en circulación).
Por ejemplo, si una acción vale 10 euros y hay 1 millón de acciones en circulación, entonces la empresa vale 10 millones en bolsa.
Decisiones de las empresas que afectan a los inversores
Las empresas pueden tomar decisiones que cambien el valor o la cantidad de acciones disponibles. En este bloque conocerás qué significa cuando una empresa divide sus acciones, las agrupa, compra las suyas propias o crea una nueva compañía. Son movimientos que impactan directamente en los accionistas y conviene entender bien.
Reverse Split
Un reverse split, también llamado agrupación de acciones, es lo contrario a un split. En lugar de dividir cada acción en varias nuevas, lo que se hace es juntar varias acciones en una sola, lo que reduce la cantidad de acciones que tiene cada inversor, pero aumenta el precio de cada acción, manteniendo el valor total de la inversión igual.
Esto también se entiende bien con un ejemplo. Imagina que tienes 10 acciones de una empresa, y cada una vale 1 euro. Tu inversión total vale 10 euros. Si la empresa hace un reverse split 1 por 10 (esto significa que por cada 10 acciones antiguas te dan 1 nueva), ahora tendrás solo 1 acción, pero valdrá 10 euros. Tu inversión sigue siendo de 10 euros, pero ahora tienes una acción en lugar de diez.
Una empresa puede hacer un reverse split si el precio de sus acciones ha bajado mucho y quiere que el precio por acción vuelva a subir. A veces lo hacen para cumplir con los requisitos de cotización de la bolsa (por ejemplo, que la acción no baje de cierto precio) o para dar una imagen más sólida de la empresa, ya que un precio muy bajo puede parecer señal de debilidad.
Capitalización Bursátil
La capitalización bursátil es el valor total de una empresa en la bolsa, y se calcula de una forma muy simple: multiplicando el precio de una acción por el número de acciones en circulación.
Este valor nos dice cuánto vale una empresa según el mercado, es decir, según el precio al que los inversores están comprando sus acciones. No tiene que ver con lo que la empresa tiene en sus cuentas o en sus fábricas, sino con lo que la gente está dispuesta a pagar por ella en ese momento.
La fórmula es:
Capitalización bursátil = Precio de una acción × Número de acciones en circulación
Por ejemplo, si una empresa tiene 2 millones de acciones en circulación y cada acción cuesta 5 euros, su capitalización bursátil será:
2.000.000 × 5 € = 10.000.000 €
Eso significa que, según el mercado, esa empresa vale 10 millones de euros.
La capitalización bursátil sirve para clasificar las empresas por tamaño:
- Las grandes empresas (con capitalización alta) suelen ser más estables, pero crecen más despacio.
- Las pequeñas empresas (con capitalización baja) pueden crecer más rápido, pero también son más arriesgadas.
Es una forma rápida de entender si una empresa es «grande», «mediana» o «pequeña» dentro del mundo de la inversión, aunque no lo diga todo sobre su calidad o su situación financiera.
Recompra de acciones
La recompra de acciones es cuando una empresa compra sus propias acciones en el mercado, igual que si fuera un inversor más. Es decir, gasta parte de su dinero para volver a quedarse con acciones que antes estaban en manos de otras personas.
Cuando una empresa hace esto, las acciones en circulación disminuyen, ya que esas acciones recompradas salen del mercado y pasan a estar en manos de la empresa (o se eliminan). Como hay menos acciones disponibles, esto puede hacer que el beneficio por acción suba, y que el precio de la acción también aumente, aunque no siempre ocurre de forma inmediata.
¿Por qué lo hace una empresa? Hay varias razones:
- Cree que sus acciones están baratas y quiere aprovechar para comprarlas.
- Quiere recompensar a sus accionistas, ya que al haber menos acciones, cada una puede valer más.
- No tiene mejores ideas para usar su dinero, como invertir en nuevos proyectos o pagar deudas, así que decide devolver valor a los accionistas de esta forma.
- Mejorar el beneficio por acción (BPA), ya que al haber menos acciones en circulación, al dividir el beneficio entre menos unidades, el número sube (aunque el beneficio total sea el mismo).
Ejemplo: Imagina que una empresa tiene 1.000.000 de acciones en circulación y gana 1.000.000 € al año. El beneficio por acción sería:
1.000.000 € ÷ 1.000.000 acciones = 1 € por acción
Si la empresa recompra 200.000 acciones y las retira del mercado, ahora quedan 800.000 acciones. Si gana lo mismo, el nuevo beneficio por acción será:
1.000.000 € ÷ 800.000 acciones = 1,25 € por acción
Aunque no ha ganado más dinero, cada acción vale más en términos de beneficios, lo cual puede atraer a los inversores.
Dividendos: cómo las empresas reparten beneficios
Una de las formas más comunes en las que una empresa recompensa a sus accionistas es pagando dividendos. En este bloque explicamos qué son, cómo se calculan, qué tipos existen y cómo influyen en la inversión. Es clave para entender cómo puedes obtener ingresos simplemente por tener acciones, sin necesidad de venderlas.
Qué es un dividendo
Un dividendo es una parte del beneficio que una empresa decide repartir entre sus accionistas. Es una forma de recompensar a quienes tienen sus acciones, ya que les da dinero simplemente por ser propietarios de una parte de la empresa.
No todas las empresas reparten dividendos. Algunas prefieren guardar ese dinero para reinvertirlo y crecer más. Pero las que sí lo hacen, suelen hacerlo de forma periódica (por ejemplo, cada tres o seis meses), y lo pagan por cada acción que tengas.
Ejemplo: imagina que tienes 100 acciones de una empresa, y esta anuncia que pagará un dividendo de 0,50 € por acción. Eso significa que te pagarán:
100 acciones × 0,50 € = 50 €
Ese dinero se ingresa directamente en tu cuenta, normalmente el mismo día que la empresa lo reparte. Es una forma de obtener ingresos sin vender tus acciones.
Hay que tener en cuenta que los dividendos no son automáticos: cada empresa decide si los reparte o no, cuánto y cuándo. Lo anuncian con antelación para que los inversores lo sepan.
Dividend yield o rentabilidad por dividendo
El dividend yield, también llamado rentabilidad por dividendo, es un porcentaje que te dice cuánto ganas en dividendos en relación con el precio de la acción. Es una forma de saber si una empresa reparte mucho o poco a sus accionistas, comparado con lo que cuesta comprar una acción suya.
La fórmula es:
Dividend yield = (Dividendo anual por acción ÷ Precio de la acción) × 100
Este porcentaje permite comparar fácilmente diferentes empresas, incluso si sus acciones tienen precios muy distintos.
Ejemplo:
Imagina que una empresa paga 1 € de dividendo al año por cada acción, y que esa acción cuesta 20 €. Entonces:
Dividend yield = (1 ÷ 20) × 100 = 5 %
Eso significa que, si compras esa acción y la empresa mantiene ese dividendo, cada año recibirías un 5 % de lo que has invertido, solo por los dividendos.
Cuanto mayor es el dividend yield, más rentabilidad obtienes por tener la acción, aunque no significa automáticamente que sea una buena empresa. A veces un porcentaje alto puede ser señal de que el mercado espera que bajen los beneficios o que el dividendo no sea sostenible.
Fecha ex-dividendo
La fecha ex-dividendo es el día clave que determina quién tiene derecho a cobrar el dividendo de una empresa. Si compras acciones después de esa fecha, ya no recibirás el dividendo que se ha anunciado, aunque seas el nuevo dueño de las acciones. En cambio, si las tienes antes o el mismo día anterior a la fecha ex-dividendo, sí tendrás derecho a cobrarlo.
Esta fecha es muy importante para los inversores, porque el día que se hace efectiva, la acción suele bajar de precio más o menos en la cantidad del dividendo. Eso ocurre porque, al repartirse parte del valor en forma de dinero, la acción vale un poco menos.
Ejemplo sencillo:
Imagina que hoy es 10 de junio y una empresa ha anunciado que pagará un dividendo de 0,50 € por acción.
La fecha ex-dividendo es el 15 de junio.
Entonces:
- Si compras acciones el 14 de junio o antes, sí cobrarás el dividendo.
- Si compras las acciones el 15 de junio o después, no cobrarás ese dividendo, lo cobrará quien tenía las acciones hasta el día anterior.
Este concepto es útil para evitar confusiones, porque muchas personas compran acciones sin saber que hay un límite de tiempo para poder beneficiarse del reparto.
Payout o ratio de reparto
El payout, también llamado ratio de reparto, indica qué parte del beneficio total de una empresa se destina a pagar dividendos a los accionistas. Se expresa en forma de porcentaje, y sirve para ver si una empresa reparte mucho o poco de lo que gana.
La fórmula es:
Payout = (Dividendo total pagado ÷ Beneficio neto) × 100
Es decir, se compara lo que la empresa reparte con lo que ha ganado. Un payout alto significa que la empresa reparte la mayor parte de sus beneficios. Un payout bajo indica que prefiere guardar más dinero para invertirlo o reforzar su situación financiera.
Ejemplo:
Imagina que una empresa ha ganado 10 millones de euros en un año, y ha repartido 4 millones en dividendos. Entonces:
Payout = (4 ÷ 10) × 100 = 40 %
Eso quiere decir que la empresa ha destinado el 40 % de sus beneficios a pagar dividendos, y se ha quedado con el 60 % restante para usarlo en su negocio.
El payout es útil para entender la política de dividendos de una empresa: si es más generosa con los inversores o si es más conservadora y prefiere reinvertir.
Scrip dividend
Un scrip dividend es una forma alternativa de repartir dividendos en la que la empresa da a los accionistas la opción de elegir entre recibir el dividendo en efectivo (dinero) o en forma de nuevas acciones. Es decir, en lugar de pagarte dinero, te da más acciones de la propia empresa.
Este sistema permite a la empresa ahorrar liquidez (no tener que gastar tanto dinero en efectivo) y, al mismo tiempo, recompensar a los accionistas. Para el inversor, puede ser una oportunidad de aumentar su número de acciones sin tener que comprarlas directamente.
Ejemplo:
Supón que tienes 100 acciones de una empresa, y esta anuncia un scrip dividend. Te ofrece dos opciones:
- Recibir 0,30 € en efectivo por acción → te ingresarían 30 €.
- Recibir 1 acción nueva por cada 10 que tienes → recibirías 10 acciones más, y pasarías a tener 110.
El accionista decide qué prefiere: dinero ahora o más acciones para el futuro. Algunas personas eligen el efectivo para obtener ingresos regulares, mientras que otras prefieren más acciones para que su inversión crezca con el tiempo.
Eso sí, hay que tener en cuenta que, al haber más acciones en circulación tras un scrip dividend, el valor de cada acción puede bajar ligeramente, porque hay más trozos del mismo “pastel”.